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Consejos para que los padres promuevan una buena postura en los niños

¿Sabías que muchos de los problemas posturales de los adultos empiezan en la infancia? Por ello, debes asegurarte de que tus hijos aprenden la importancia de una buena postura desde una edad temprana, ya sea al caminar, al sentarse, al dormir o incluso al jugar. De este modo, podrán evitar los malos hábitos que pueden arraigarse a medida que crecen. Recuerda que tener una buena postura a una edad temprana se traduce en una buena postura de adulto.

La mayoría de los problemas relacionados con la postura se producen entre los 9 y los 12 años de edad. La escoliosis, que se manifiesta como dolor de espalda y causa molestias crónicas en los adultos, es una de estas afecciones. En muy pocos casos, la escoliosis requiere cirugía correctiva, por lo que mantener una postura adecuada es esencial.

Además, una mala postura puede causar dolor de espalda, cuello y hombros, síndrome del túnel carpiano (como consecuencia del uso inadecuado del ratón del ordenador), crecimiento óseo insuficiente, desalineación de las estructuras óseas y dificultad para digerir los alimentos y respirar.

Además, algunas emociones o la baja autoestima pueden aparecer en la postura o el lenguaje corporal de tu hijo, así que vigílalo. Una práctica común entre los adolescentes altos es encorvarse para no destacar entre sus compañeros y evitar las burlas. Cuando las chicas llegan a la pubertad, algunas pueden sentirse angustiadas por el crecimiento de sus pechos, por lo que se agachan para ocultarlos. Puedes ayudar a tu hijo a desarrollar una postura adecuada en poses dinámicas y estáticas siguiendo estos consejos:

  • 1. Cuidado con el peso de las mochilas Cuando se utilizan de forma incorrecta, las mochilas pueden provocar lesiones en la columna vertebral y encorvamientos. El peso de una mochila no debe superar el 10% del peso corporal del niño, y deben utilizarse las dos correas para distribuir el peso de forma uniforme.
  • 2. Enseña a tu hijo a caminar o correr con una buena postura Mientras corre o camina, asegúrate de que tu hijo mantiene la cabeza erguida sobre los hombros y los hombros en línea con las caderas. Los brazos deben descansar a lo largo del cuerpo. La pisada requiere que el peso del cuerpo se distribuya en la parte delantera del pie y no sólo en el talón.
  • 3. Fomenta la práctica de deportes Las actividades deportivas ayudarían a tu hijo a corregir la espalda encorvada. Además de mejorar el desarrollo muscular, la socialización y la autoestima, la actividad física tiende a levantar los hombros. La natación es increíblemente adecuada porque es casi imposible encorvarse; ¡prueba este deporte!
  • 4. Presta atención a cómo camina tu hijo Procura que el niño no camine con los pies hacia dentro. Es habitual que este patrón de rotación desaparezca en las niñas alrededor de los 10 y 12 años y un poco más tarde en los niños, alrededor de los 14 años. Si persiste o se produce al caminar, llévalos a un traumatólogo para que los evalúe.
  • 5. Asegúrate de que tu hijo se sienta con una postura adecuada Lo ideal es que el niño tenga una buena silla a una altura media de la mesa para que sus brazos y pies puedan descansar cómodamente sobre ella, y que sus rodillas estén dobladas a 90 grados sin cruzar las piernas.
    Además, hay que evitar que el niño permanezca mucho tiempo sentado, hay que invitarle a que se tome un descanso y camine un poco. He compartido otros consejos en mi cuenta de Instagram. ¡Échale un vistazo aquí!
  • 6. Asegúrate de que tiene un mobiliario adecuado para hacer los deberes y dormir La mesa de trabajo debe ser adecuada a la estatura del niño, sobre todo donde utiliza el ordenador, la idea es que no trabaje desde su cama o en un sofá para evitar posturas inadecuadas.
    Asegúrate de que el colchón de la cama no esté desgastado por el uso frecuente al dormir. Además, se recomienda que el niño duerma de lado, con las piernas flexionadas, o boca arriba con una almohada bajo las rodillas.
  • 7. Asegurar una buena postura de pie Cuando esté de pie, asegúrate de que tu hijo no esté demasiado erguido o inclinado hacia delante, con los hombros hacia atrás, el estómago no sobresaliendo y los pies separados a la altura de los hombros. Si el niño va a estar mucho tiempo de pie, debe cambiar el peso de un pie a otro de vez en cuando.
    Haz que sea divertido practicar todos estos buenos hábitos posturales sin regañar a tu hijo. Por ejemplo, una técnica que funciona para recordarles que no deben encorvarse es decirles que se estiren para sentirse “más altos”, ya que todos los músculos que ayudan en esa tarea son los mismos que mejoran la postura.
    Para enseñarles a comprobar la alineación de su columna vertebral, pídeles que se coloquen junto a una pared con los hombros y las nalgas en contacto con ella. En esa posición, la parte posterior de sus cabezas debe tocar la pared. De lo contrario, la cabeza no está alineada con el resto del cuerpo. Es posible comenzar esta actividad colgando una cinta métrica en la pared a una edad temprana. Los niños disfrutarán viendo cómo han crecido y aprenderán una buena postura al ponerse de pie y caminar.